Lo que agrada a Dios es actuar con justicia.
El ejemplo de Jesús de Nazareth fue de inclusión, cualquier referencia a Jesús como alguien que excluía con base en las preferencias y características inofensivas e individuales de las personas es falsa.
En Jesús hay espacio para todas las personas que quieran guiar su vida conforme a su palabra, su visión de la justicia, del amor, de la solidaridad, de la paz, de la sabiduría.
La relación de cada persona con Jesús es personal y muy íntima. Nadie puede abrogarse el derecho de determinar quienes si y quienes no pueden tener una relación con Jesús y darle en sus vidas el lugar que le corresponde.
Lo que agrada a Dios es el actuar con justicia, una cualidad que todos podemos cultivar. Por eso todos los que ceñimos nuestro accionar a esta virtud no tenemos porqué ser excluidos del amor y la gracia de Dios hijo.
La institucionalidad creada por los hombres alrededor de la fe cristiana tiene el deber de adoptar una visión con base en la diversidad, equidad e inclusión conforme al actuar de Jesús en la tierra, quien caminó por el mundo junto a los desposeídos, marginados, lapidados por el establishment romano de aquellos tiempos.
Practicar la justicia y el derecho
lo prefiere el Señor a los sacrificios.
Proverbios 21:3
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